Contra la publicidad de productos insanos en las cabalgatas
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Actualmente, la publicidad es sin duda uno de los fenómenos comunicacionales más grandes y poseedores de mayor alcance que existen. Y uno de los principales motivos de su gran crecimiento ha sido la presencia masiva de comida basura en los establecimientos y supermercados de todo el mundo.
La industria de la comida basura: una gran fuerza difícil de controlar
Desde hace ya bastante tiempo viene siendo habitual que la publicidad correspondiente a las grandes marcas de productos tenga verdadera presencia en actos o eventos de cualquier índole, todo con el fin de promocionarse de una manera mucho más directa.
Es una estupenda estrategia de marketing y por lo general no debería ser perjudicial para nadie, pero, ¿qué pasa cuando esos productos que se están intentando vender sí suponen algún daño para la salud de las personas?
Eso es precisamente lo que está sucediendo con la aparición de publicidad de todo tipo de productos insanos en las Cabalgatas de los Reyes Magos.
Este desfile de carrozas donde se lanzan caramelos al público, además de representar una tradición, se considera el escaparate de una serie de valores que deben estar dirigidos, sobre todo, a los niños. Irónicamente son los mismos niños quienes se ven más afectados por todas estas promociones indirectas.
¿Por qué razón son los más afectados? Porque son los más vulnerables. Esta clase de publicidad se encarga de vender productos muy perjudiciales para la salud, haciéndolo de una manera más divertida y atractiva.
Concretamente los niños en España están entre los más obesos de toda Europa. Así lo confirma un estudio hecho por la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Indica, además, que alrededor del 40% de la población infantil presenta cuadros de sobrepeso u obesidad, siendo un dato realmente alarmante.
Parece que los adultos no tienen conciencia de esto, ya que la tasa de obesidad y los problemas alimenticios han escalado posiciones verdaderamente preocupantes.
Y la gran pregunta que surge es ¿de quién es la culpa? ¿De los padres por no cuidar la alimentación de sus hijos o de las grandes marcas a quienes solo les interesa vender una realidad artificial para generar la mayor cantidad de ganancias posibles?
La industria de la comida basura o también llamada de productos insanos es la que posee mayor presencia en el mercado de la alimentación. Esto se debe a que los alimentos procesados son más económicos de hacer y, por consiguiente, más fáciles de distribuir y vender.
Todo indica que las grandes empresas destinadas a la elaboración de este tipo de productos son conscientes de esto, pero aun así, siguen invirtiendo millones de euros no solo en campañas publicitarias, sino también en la manera de desvincularse de la obesidad y las afecciones que el consumo de sus productos generan.
Es el claro ejemplo de las dos grandes firmas de refrescos que han triunfado en el mundo entero: Coca Cola y Pepsi.
Estas dos compañías han quedado en evidencia por hacerse notorio el hecho de que han destinado durante años y años, cantidades ingentes de dinero para que sus nombres se desvinculen totalmente de los índices relacionados con el sobrepeso.
Este hecho lo reveló un estudio publicado por el American Journal of Preventive Medicine, en el que han dejado total constancia de la lista de las organizaciones e instituciones médicas a las cuales estas marcas han pagado. Además, se publicaron también los nombres de las 96 organizaciones principales en la promoción de hábitos saludables que también fueron financiadas por las conocidas compañías de refrescos.
De todas formas todas las acciones de estas empresas suponen una gran contradicción, ya que por un lado tratan de hacer todo lo posible para cuidar su imagen, pero al mismo tiempo contribuyen de manera directa en el alza de aquellos índices de los que tanto quieren desvincularse.
Cada vez diseñan más estrategias destinadas a conocer un poco más a las personas y a saber cómo convencerlas.
El ejemplo perfecto de esto fue la presencia de Coca Cola en la cabalgata de Zaragoza del año 2018, donde casi nadie quedó exento de sus estrategias de promoción indirectas. Al menos ya no se tiene ninguna duda de que la responsable de la obesidad es la industria de alimentos procesados.